Delegación Presidencial Provincial de Parinacota Celebró con Devoción el Martes de Ch’alla.

En la encantadora provincia de Parinacota, y al ritmo de las tarqueadas, se llevó a cabo durante la tarde de este 13 de febrero con gran esplendor el Martes de Ch’alla, una celebración arraigada en la riqueza cultural de la región. Este ancestral ritual, imbuido de las costumbres indígenas y andinas, se erige como un símbolo vivo de la identidad local.

El Martes de Ch’alla trasciende la categoría de mera ceremonia; constituye un vínculo que une a generaciones, una festividad que abraza la espiritualidad y la conexión con la tierra. Durante este ritual, las comunidades bendicen sus hogares, animales y cultivos con agua y azúcar, llevando consigo la esencia de la cosmovisión andina.

Las festividades fueron presididas con gran solemnidad por el Delegado Presidencial Provincial de Parinacota, José Aruquipa Flores, el alcalde de Putre, Javier Tito Huaylla, además de funcionarios de Carabineros y de los diferentes servicios públicos de la zona.

En un gesto que resalta la importancia de preservar estas prácticas ancestrales, el Delegado destaca: “El Martes de Ch’alla no solo es una ceremonia; es un patrimonio que enriquece nuestra identidad y fortalece nuestros lazos comunitarios. Es  aquí en donde se manifiesta la alegría y abundancia, y un especial cariño por la Pacha Mama, ya que se le agradece con música al compás de las tarqueadas y bailes para que las lluvias lleguen”.

Durante la ceremonia se “challaron” las dependencias de la Municipalidad de Putre, como también las de la Delegación Presidencial pidiendo por un año prospero para la provincia y nuestro país. Además también se realizó una petitoria por los vehículos de carabineros de la zona, solicitando a la Pacha Mama que estos no sufran accidentes. Los altares, adornados con ofrendas simbólicas, se convirtieron en espacios donde se imploró por el bienestar de la tierra, sus habitantes y la anhelada llegada de la lluvia.

En un mundo en constante evolución, reconocer la vitalidad de mantener vivas las tradiciones se vuelve esencial. El Martes de Ch’alla no solo refleja creencias ancestrales, sino que también fortalece el tejido social, proporcionando un espacio para la reflexión y la conexión con la herencia cultural.